jueves, junio 01, 2006

La Subjetividad de una Flor



La flor no nace para ser hermosa...

Nace para ser flor.

Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla.

Pueden pasar a su lado cientos... miles...

Algunos ni siquiera se percatarán de su existencia.

Otros no encontrarán en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la contiene.
Habrá quienes pensarán.... solo es una flor más.

Aún tal vez aparezcan los que le dedicarán un par de miradas atraídos por sus colores y seguirán su camino.

Pero en algún momento aparecerá quien no la considere una flor más, y tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observándola en cada milímetro, descubra nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus pétalos, y no siga de largo, sino que decida que es una flor demasiado hermosa para no conservarla.

Así con profundo cuidado y amor, cavará en torno de su raíz y poniendo todo su cariño y atención la llevará a su propio jardín donde a cada momento pueda tenerla cerca para quererla, apreciarla, dejarse cautivar por ella... para amarla.

Y no le pedirá que cambie su color, su forma, su aroma.

Ella nació flor. Ella nació así.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que linda reflexión nos has regalado. Me recuerda mucho a la rosa del Principito, él tenía en su planeta a su rosa y cuando llega a la tierra se da cuenta que hay miles iguales y le dio muchísima pena....eran todas iguales. Sin embargo luego se da cuenta que su rosa no era igual alas otras , era su rosa, su rosa especial, su amiga, la única....

Lo mismo pasa con las personas podemos parecernos pero nunca seremos iguales, tampoco cambianos nuestra esencia en el tiempo, somos únicos e irrepetibles.

Por algo Dios nos creó únicos e irrepetibles,a Su semejanza,mas diferentes porque nos separa el pecado de su Santidad.

Alejandra

5/6/06 2:06 a. m.  

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